martes, 19 de mayo de 2015

Lectura

MI HERMANA AIXA

Cuando papá y mamá me dijeron que iba a tener una hermanita me hizo mucha ilusión, es verdad, pero no pasó aquello de que a mi madre le creciera la barriga ni nada de nada. Cuando nací yo, sí… Bueno, no me acuerdo, pero tía Sonia me ha enseñado fotografías de mi madre con una barriga enorme y después normal, conmigo en los brazos. Aixa no; Aixa no salió de la barriga de mamá: ella vino en avión desde África.

A mí me gusta mucho nadar, a Aixa también; pero ella no avanza tan rápido como yo porque es pequeña y porque con una sola pierna es difícil. Lo sé porque un día, en la piscina, lo probé y me hundía… ¡Tragué tanta agua! Después, a la hora de la cena, la barriga no paraba de hacerme ruidos muy raros todo el rato y Aixa y papá se desternillaban de risa. A veces hago tonterías adrede para que se rían y mamá, que en el fondo también se muere de risa pero se la aguanta, dice que soy un sinvergüenza y que cuando sea mayor seré un payaso.

Durante el recreo, sobre todo los días que llueve, mi hermana siempre consigue golosinas, cromos o, incluso, trozos enormes de desayuno (bocadillos más buenos que los de mamá, que siempre son de pavo y queso de bola), porque se los dan las niñas y niños a cambio de que les enseñe la herida. Cuando lo hace voy yo y, como ya se la he visto muchas veces, vigilo que nadie mire sin que Aixa quiera. Los dos nos reímos de las caras de miedo y de asco que ponen y, una vez, incluso Joaquín, que es mayor porque es repetidor, se mareó cuando Aixa le enseñó la pierna cortada y tuvieron que llevárselo a la enfermería. Mientras se toca las cicatrices, ella les dice que ahora no le duelen, que sólo le pica un poco; pero un día en casa, me contó que sintió un dolor muy fuerte y al acordarse le cayeron algunas lágrimas, pocas. Nunca más la he visto llorar. Me parece que es por eso que a ella ya no le dan miedo las inyecciones y, en cambio, yo todavía muchas veces lloro si me tienen que pinchar y prefiero tomarme un jarabe, por muy amargo que sea. Quien inventó las minas antipersona no tuvo una idea brillante, pero quien inventó las inyecciones tampoco.

Ayer mamá me mostró un folleto donde aparecía un montón de fotografía de cómo va a ser la pierna nueva de mi hermana. Es una pasada; Aixa dice que nunca ha visto una así. La que tiene ahora es de hierro y cubierta de plástico y con un pie negro al final, más oscuro que la piel de Aixa, que es del color de esos caramelos tan dulce que te los comes y se te pegan a los dientes de arriba y a los de abajo a la vez y no puedes abrir la boca. Le diré al señor Bombilla-de-algodón, que es el inventor de la pierna, que se fije bien en el color de la piel de Aixa, porque a nadie le gusta tener un pie de cada color, aunque mi hermana está tan contenta que puede que en esta ocasión le dé igual.

Por tercera vez en su vida, tendrá que aprender a andar, pero dice que no le da pereza porque podrá marcar más goles, podrá ir en bicicleta de verdad, pedaleando y no empujándose con las muletas, sin que nadie la sujete por detrás. Le prometo que le enseñaré a mantener el equilibrio. Me pregunta si le dejaré mi bicicleta. Le digo que sí y pienso que a lo mejor, si rompo la hucha, tendré suficiente dinero para regalarle una nueva. Se la compraré azul oscuro, brillante, que es su color preferido, con marchas.

Así podrá correr, podrá ir más y más lejos, quizá hasta África… Y yo estaré junto a ella.



Meri Torras. Mi hermana Aixa. La Galera.

5 comentarios:

  1. Nos encantan las las lecturas que aún tratando temas tan duros, como la guerra o las minas antipersonas,lo hacen de una manera dulce y hasta divertida, con muchos toques de humor y sin llegar a ser ñoñas ni sensibleras.
    La autora nos hace ver la grandeza del amor en todos sus aspectos y en los más sórdidos momentos.

    "Equipo Biblioteca"

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  2. La vida es muy injusta y debemos ayudar a los que más lo necesitan.

    Irene.

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  3. Distinta sangre y raza pero el mismo corazón.

    Synou.

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  4. Que historia tan bonita, ojalá todos los niños que lo necesitaran fueran ayudados como Aixa.

    MM.

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  5. No nos damos cuenta de lo afortunados que somos por tener todo lo que tenemos.

    MM y Cristy.

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